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- Bajas calificaciones o falta a la escuela
- Problemas para dormir
- Problemas de aislamiento / problemas con los compañeros
- Dificultad para concentrarse
- Cambios en el apetito o en el peso corporal
- Irritabilidad / tristeza / llanto
- Baja autoestima
- Ataques de ira
- Problemas con figuras de autoridad
- Ansiedad / preocupación / miedo
- Baja motivación o energía
- Uso de alcohol / drogas
- Pensamientos suicidas / se lastima a si mismo/a.
Los años adolescentes son probablemente los más difíciles de la vida y de las distintas etapas que atraviesa una familia.
Es un período en el que experimentamos un montón de cambios físicos, emocionales, y sociales.
Durante la adolescencia, nuestros cuerpos tienen incrementos hormonales repentinos, que son responsables de nuestro crecimiento y desarrollo sexual.
Desafortunadamente, las hormonas no solo afectan nuestro cuerpo pero también nuestro estado de ánimo, emociones y conductas.
Es normal que los adolescentes tengan cambios en el estado de ánimo y estén irritables de vez en cuando; sin embargo, si sucede muy frecuentemente, podría ser un signo de un desorden de salud mental.
Una distinción importante para tener en cuenta, es que la depresión en niños y adolescentes se manifiesta mayormente como irritabilidad y no tanto como tristeza (la cual se observa más frecuentemente en la depresión en adultos).
Las emociones adolescentes no son sólo afectadas por las hormonas. Los adolescentes también tienen que aprender a manejar la presión de sus pares y la aceptación en grupos sociales.
Bullying (o acoso escolar) ocurre más frecuentemente de lo que es reportado (especialmente en middle school y high school), el cual puede causar problemas de autoestima a largo plazo.
A los adolescentes les importan mucho sus pares y quieren ser aceptados por ellos. Si tienen problemas con sus amistades, sus corazones se pueden sentir realmente devastados.
Típicamente a esta edad, también es difícil para nuestras mentes juntar los aspectos o cualidades positivas y negativas de nosotros mismos o de los otros. Esto es conocido como pensamiento blanco-y-negro (o todo-o-nada).
En pocas palabras, los adolescentes no solo tienden a sentir en extremos, pero también a pensar y actuar en extremos. Como resultado, es común escuchar a los adolescentes decir cosas como, "Todos me odian"... o... "Sos la peor madre del mundo"... y actuar consecuentemente.
En el mundo de un adolescente, es bien difícil encontrar un balance. Las tareas escolares aumentan con la misma proporción que su interés de divertirse con amigos, sus patrones de sueño y alimentación fluctúan tan frecuentemente como sus estados de ánimo, y sus deseos románticos y sexuales compiten con su concentración.
Los padres usualmente se preocupan cuando sus hijos rechazan participar en actividades familiares. Ahora los intereses son diferentes y levante la mano!- si es que su adolescente piensa que usted como padre está "siempre equivocado".
Discusiones sobre la hora de llegada y otros desacuerdos pueden ocupar las cenas familiares (si es que los adolescentes logran dejar de lado el celular por un momento) y un nuevo estilo de moda puede emerger de repente del armario adolescente.
Los adolescentes tienen que enfrentar la desafiante tarea de convertirse en un individuo propio. Este proceso es conocido como "separación e individualización". Todos tenemos que transformarnos en adultos un día, con nuestras propias personalidades, gustos, y futuros.
Para alcanzar la adultez, un adolescente tiene que poder cortar el cordón umbilical emocional con su familia. Esto requiere que tiren del cordón y peleen. Si usted se pregunta por qué su adolescente presenta comportamientos de oposición, tenga en cuenta de que a más fuerte sea el cordón umbilical, más fuerte van a tener que tirar para cortarlo.
Un desafío adicional para los estudiantes en el último año del high school, es la presión de decidir qué quieren hacer el resto de sus vidas y/o competir para entrar a la mejor universidad.
Muchos padres me preguntan "cuánto se considera que es mucho" cuando se trata de las conductas de sus hijos adolescentes. Es una pregunta difícil de responder, porque depende del punto de vista de cada persona y de los valores familiares.
Sin embargo, lo que parece ser fundamental cuando se observan signos preocupantes en adolescentes, es la frecuencia e intensidad de sus síntomas/conductas, así como también los riesgos envueltos si no se atienden esos asuntos a tiempo.
La frecuencia e intensidad también tiene que ser consideradas cuando se evalúa el uso de drogas y alcohol. Estos dos elementos (frecuencia e intensidad) marcarían la linea divisoria entre una experimentación típica adolescente y una adicción.
Dado a que el cerebro adolescente aún se está desarrollando, los adolescentes tienden a actuar impulsivamente, sin pensar en las posibles consecuencias de sus comportamientos y elecciones.
La aceptación social o recibir aprobación de pares se convierte en una prioridad y en muchos casos, los adolescentes pueden acceder a hacer cosas o conductas riesgosas que podrían potencialmente afectar su futuro.
Si usted está observando signos que son preocupantes en la vida de su hijo/a, o si recibe llamadas de la escuela frecuentemente, sería una buena idea que hiciera una consulta.
Hacer tratamiento psicológico es altamente recomendado cuando hay ideación suicida/homicida o hay conductas de lastimarse a sí mismo.
Si su hijo/hija vivió una experiencia traumática (como por ejemplo abuso sexual, violencia doméstica, pérdida de un ser querido, accidente, etc.), una pronta evaluación y tratamiento podría hacer una gran diferencia. Puede hacer clic aquí para visitar mi página de tratamiento de trauma.
A veces, sólo las situaciones estresantes regulares de la vida pueden hacer que su adolescente se sienta muy abrumado/a.
La consejería/terapia adolescente, puede ser simplemente un regalo para su hijo/a; un lugar seguro donde hablar de sus problemas, recibir información preventiva, y sentirse emocionalmente apoyado/a.
Si no está seguro/a de cómo puede ayudar a su adolescente o se siente que ya está al límite de su paciencia como padre, es seguramente el momento de buscar ayuda profesional.
Es común intentar resolver problemas hablando con amigos o familiares. De hecho, son el mejor apoyo emocional que solemos encontrar. Pero, lamentablemente, no siempre cuentan con la formación profesional necesaria para comprender las causas psicológicas de todos nuestros problemas o qué técnicas eficaces podríamos utilizar para afrontarlos.
Para ayudar a los adolescentes, utilizo una variedad de modalidades de tratamiento de acuerdo con sus preferencias, estilo de aprendizaje y necesidades.
No es fácil ser un padre/madre, pero no tiene que hacerlo solo/a.
amarilys reyes, LMFT
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