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Algunos de los eventos traumáticos que pueden abrumar un niño/a o adolescente incluyen:
* Violencia doméstica
* Terrorismo, desastres naturales, exposición a violencia en la escuela, el hogar, o la comunidad
* Abuso o negligencia física, sexual o emocional
* Explotación sexual comercial
* Experiencias de guerra o de refugiados
* Factores estresantes relacionados con tener un familiar en servicio militar (por ejemplo, muerte o lesiones físicas de un padre/madre, distanciamiento debido a guerras, etc)).
* Accidentes, enfermedades crónicas o potencialmente mortales
* Pérdida repentina o violenta de un ser querido
* Otros factores estresantes crónicos y repetitivos
Es importante distinguir que, lo que no podría considerarse traumático para una persona, podría afectar profundamente a otra.
La capacidad para manejar el estrés y expresar el dolor emocional es diferente para cada niño.
Porque los niños/as más pequeños suelen carecer del lenguaje para expresar cómo se sienten o lo que han vivido, ellos tienden a mostrar lo que les sucede en actos o con sus conductas.
A veces, los síntomas de trauma pueden impactar la capacidad que tiene un niño/adolescente para funcionar en la vida cotidiana y en las relaciones.
Algunas de las signos que se pueden observar en un niño/adolescente que ha experimentado trauma incluyen:
* Pesadillas y problemas para dormir
* Irritabilidad o ataques de ira
* Miedo, ansiedad y/o asustarse fácilmente
* Revivir el evento traumático una y otra vez en su mente o en el juego
* Hacerle a los juguetes u otras personas lo que han experimentado en el evento traumático.
* No recordar o negar lo que les pasó.
* Abrumarse cuando algo desencadena un recuerdo del evento traumático.
* Evitar lugares o personas asociadas al evento traumático.
* Dificultad para concentrarse
* Enuresis (orinarse)
* Cambios en el apetito y/o en los hábitos de alimentación
* Actuar retraído, desesperado o desesperanzado
* Temor al separarse de los padres o cuidadores
* Sentimientos de culpa o vergüenza.
* Sentirse deprimido/triste, llorar
* Aislamiento o sentimientos de soledad
* Gritar
* Auto-lastimarse
* Empezar a consumir alcohol o drogas.
* Volverse sexualmente activo o mostrar comportamientos sexuales.
Mantenga la calma; esto ayudará a que su hijo/a se sienta contenido.
No todos los niños que han experimentado un evento traumático desarrollarán síntomas de trauma o tendrán dificultades para llevar adelante sus actividades diarias en el futuro.
Algunos niños pueden recuperarse naturalmente y continuar con sus vidas.
Recibir apoyo emocional de seres queridos puede hacer una gran diferencia para la recuperación.
Asegúrese siempre de que su hijo/a esté y se sienta seguro en casa y en otros lugares frecuentados. Evite que se vuelva a exponer a un abusador o evento traumático.
Si su niño/adolescente ha sido desatendido de cuidados esenciales o ha sido abusado sexualmente/emocionalmente/físicamente, repórtelo a las autoridades (llamando al Departamento de Policía local o al Servicio de Protección Infantil). Si vive en el condado de Los Ángeles, puede llamar a la línea directa de protección infantil al: (800) 540-4000
Tome las medidas necesarias (e informe a su hijo/adolescente) sobre las medidas que está tomando para garantizar su seguridad).
En muchas ocasiones, los niños tienen miedo de denunciar el abuso porque el agresor/abusador los ha amenazado. Bríndele seguridad y tranquilidad a su niño/adolescente.
Si su hijo/a ha resultado herido físicamente o sexualmente, llévelo/a a recibir atención médica.
No culpe a su niño/adolescente y recuérdele que él/ella no es responsable de lo que sucedió.
Los niños muchas veces se culpan a sí mismos, incluso cuando lo que les sucedió estaba completamente fuera de su control.
Los/las adolescentes a veces le ocultan a sus padres que han sido violadas porque el evento ocurrió cuando estaban bajo la influencia de drogas/alcohol o en un lugar/fiesta a la que sus padres no sabían que habían ido. Es posible que necesiten mucho valor para contar lo que les sucedió y es muy importante que no se les culpe.
Sea paciente.
Puede involucrar a la escuela de su hijo/a para implementar un plan de apoyo.
Busque la ayuda de un profesional de la salud mental.
He sido entrenada para utilizar diferentes modalidades de tratamiento para ayudar a niños/adolescentes y familias que han sufrido trauma.
Personalizo los tratamientos de acuerdo con el tipo de trauma que haya vivido un niño/adolescente, su reacción frente al trauma y su edad.
Los tipos de tratamientos que implemento se caracterizan por haber sido probados científicamente. Estos son tratamientos que han demostrado ser exitosos, mediante la evidencia científica y la investigación.
Para ayudar a los niños (de 3 a 18 años), implemento la terapia cognitiva-conductual centrada en el trauma (TF-CBT).
TF-CBT es un modelo estructurado de terapia y se considera un tratamiento de corto plazo (generalmente dura entre 8 y 25 sesiones).
Para ayudar a los bebés (de 0 a 6 años), implemento un tratamiento llamado Psicoterapia de Padres-Hijos (CPP).
CPP es otra práctica basada en evidencia científica que ayuda a los niños mientras apoya y fortalece las relaciones de apego primarias entre los niños y sus padres o cuidadores.
Para obtener más información sobre estos dos tratamientos especializados en trauma, lea las siguientes secciones o comuníquese conmigo.
Este tipo de tratamiento, el cual ha sido evaluado y perfeccionado durante los últimos 25 años, no solo ayuda a los niños y adolescentes a recuperarse después de vivir una experiencia traumática, pero también ayuda a los padres.
El apoyo proporcionado a los padres ayuda a que ellos puedan reducir la angustia que sienten acerca de la experiencia traumática que vivió el niño/a, a que puedan mejorar el apoyo que brindan al niño/a y a que aprendan herramientas para mejorar la crianza de sus hijos.
Este tratamiento tiene diferentes componentes que ayudan a los niños/ adolescentes y a los padres (cuidadores) a recuperarse del trauma.
Durante las sesiones semanales, la familia recibe psicoeducación acerca de trauma y los tipos de síntomas que una persona podría desarrollar en respuesta a un evento traumático. Se ayuda a los padres (o cuidadores) a que aprendan estrategias efectivas de comunicación y manejo de problemas de conducta de sus hijos.
Otros componentes importantes del tratamiento ayudan al niño/ adolescente a aprender estrategias de relajación, a manejar sus emociones y a identificar/reemplazar pensamientos maladaptativos.
Una vez que se ha logrado una mejor regulación emocional, los niños participan en la creación de una narrativa del trauma (a través de la escritura, el dibujo, el juego u otros elementos simbólicos) con el fin de procesar los eventos traumáticos.
A través de las intervenciones, los niños se exponen gradualmente a los recordatorios del trauma y aprenden a manejar sus miedos/emociones y a reducir las conductas de evitación.
Los padres/cuidadores participan en este proceso y reciben ayuda para apoyar a sus hijos (a través de algunas sesiones colaterales y otras sesiones conjuntas con sus hijos).
La familia participa en discusiones relacionadas con el mantenimiento de los logros obtenidos en el proceso de recuperación, y sobre cómo protegerse y prevenir experiencias traumáticas en el futuro.
Si tiene más preguntas, no dude en ponerse en contacto conmigo.
Mi rol como terapeuta consiste en reunirme con usted y su bebé/infante semanalmente para ayudarlos a resolver los síntomas relacionados con el trauma y recuperar la confianza.
En el inicio, completaremos una evaluación y crearemos juntos las metas de la terapia. Una vez que hayamos identificado nuestro plan de tratamiento, tendremos sesiones interactivas y de juego con usted y su hijo/a.
Durante el curso del tratamiento, es posible que tenga sesiones colaterales solo con usted (el padre o el cuidador), sin que su bebé esté presente.
La duración de las sesiones puede oscilar entre 30 y 45 minutos, según la edad de su hijo/a y su participación.
Este tratamiento apoyará el desarrollo normal de su infante y les ayudará a desarrollar una relación sólida y amorosa. Tener una relación de confianza con usted, es el factor de protección más importante para su niño/a pequeño.
En nuestro trabajo conjunto, aprenderá maneras de ayudar a su hijo/a a regular sus emociones y comportamientos.
La ayuda está a solo una llamada telefónica de distancia. No tienen que enfrentar esto solos.
amarilys reyes, LMFT
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